O Santiaguiño do Monte

Espacio arqueológico datado en la Edad de Hierro (s. III la. C.) conocido popularmente como el lugar escogido por el Apóstol para la predicación del Evangelio. El conjunto está compuesto por tres elementos singulares:

La ermita, construcción anterior al arzobispo Rodrigo de Luna (s.  XV), gran impulsor de las peregrinaciones a Padrón, cuyo escudo se conserva en el lintel de la puerta Este. La fachada tiene un relieve con la escena del Apóstol bautizando a la reina Lupa como elemento principal. En el interior hay sólo una nave con un pequeño altar presidido por la imagen  pétrea del apóstol Santiago, pieza curiosamente desgastada, puesto que durante siglos estuvo expuesta a rituales jacobeos que consistían en tocar y abrazar la figura del Apóstol como signo de devoción.

En la actualidad, la ermita de Santiaguiño únicamente está abierta durante la novena y la celebración de la romería de Santiaguiño do Monte, el día 25 de julio.

La fuente, lugar de limpieza, purificación y perdón de los pecados. Así estuvo considerada durante el fenómeno de las peregrinaciones jacobeas a Padrón. La tradición popular mantuvo la creencia de que aquí se encontraba la gruta en la que el Apóstol se escondía de sus perseguidores, y que también fue aquí donde, tras golpear tres veces su báculo, hizo brotar agua para calmar la sed de una gentil mujer.

Las diez rocas que forman un conjunto coronado con la figura del Apóstol predicando sobre una peaña. En la parte delantera hay varias cruces grabadas y una inscripción con varias interpretaciones “Limosna para Santiago Mayor Apóstol” o “Limosna para Jesús y María”. La roca superior está coronada con una cruz pétrea anterior al s. XVII. El monumento tiene también varios escalones en los que antiguamente se arrodillaba la gente que llegaba en peregrinación. Después, enhebraban los cuerpos por los tres agujeros de la rocas conocidos con los nombres de infierno, cielo o purgatorio.